La saga de la Hidrovía parece no tener fin. Al eterno proceso de licitación y a las quejas entre usuarios por el costo del peaje se sumó un hecho de inseguridad fluvial, prácticamente de piratería, que enciende las alarmas del sector relacionado con las compras y ventas externas.
Por allí circula el 80% del comercio exterior argentino, según fuentes oficiales, en más de 4500 buques y 20.000 barcazas por año.
A principios de octubre, varios delincuentes abordaron en la madrugada un buque mercante de bandera paraguaya en el kilómetro 340 del río Paraná, a la altura de San Nicolás. El buque “Rosa” llevaba contenedores desde el Puerto Buenos Aires a Asunción.
Se trata de un hecho llamativo e inusual, pero preocupante, que refuerza la idea de generar más condiciones de seguridad en la Vía Navegable Troncal (VNT) no solo por este tipo de episodios, sino también por los problemas relacionados con el narcotráfico a bordo de los buques.
La primera y fallida licitación para el dragado y balizamiento de la Hidrovía lanzada por el Gobierno contemplaba más medidas de seguridad que, según los interesados, encarecían la gestión. Incluían bases con radares y sistemas satelitales de seguimiento de los buques, además de la renovación de la señalización para generar una navegación más segura y un aumento de las medidas de control para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Todo quedó en la nada porque se presentó una sola empresa, por lo que se dio de baja la iniciativa y se espera que antes de fin de año haya nuevos pliegos, consignó el diario La Nación.
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